Convivir con adolescentes me ha llevado a ampliar mis géneros literarios. Hasta hace un tiempo nunca me había sentido atraída por las novelas para jóvenes, pero tengo que reconocer que es un género que me ha sorprendido gratamente.
El post de hoy va sobre una serie llamada “Crónicas lunares” escrita por Marissa Meyer. La serie está formada por cuatro libros, aunque dado el éxito de la saga creo que la autora ha escrito novelas cortas para explicar la historia de los personajes secundarios.
Tengo que admitir que cuando me hablaron por primera vez de la saga pensé – ¡qué pereza leer una serie de libros basados en personajes de cuentos! – pero cuando finalmente le di una oportunidad al primero, Cinder, me enganché, y me he leído todos los libros de la saga prácticamente del tirón.
¿Qué son las Crónicas Lunares? La historia se desarrolla en un futuro en el que la Luna ha sido colonizada por los humanos, pero durante el paso de los años, los lunares han desarrollado una serie de características que les hacen ser diferentes. Mientras, la Tierra, tras las sucesivas guerras mundiales, está gobernada por unos pocos gobiernos, a cuál más diferente, que controlan grandes territorios (Asia, Europa…). La Tierra vive en paz, surgida por un lado tras aprender que las guerras no les traen nada positivo y por otro porque tienen la amenaza cada vez mayor de una invasión de los lunares. Este es, a grandes rasgos, el contexto de los cuatro libros. Ahora bien, cada uno de ellos reescribe la historia de una princesa o un personaje de cuento, aunque reescribir es mucho decir, básicamente se basa en alguna característica de la protagonista de los cuentos para construir un nuevo personaje que nada tiene que ver con el original.
Cinder es el primero, una ciborg basada en Cenicienta con un pie metálico. El segundo es la historia de Scarlett, una granjera francesa que busca a su abuela desparecida y que en su camino se cruza con … Wolf. El tercero nos cuenta la vida de Cress, un lunar encerrada en un satélite con la única compañía de los ordenadores y que no ha visitado una peluquería desde que la encerraron allí. El último libro de la saga es Winter, una bella princesa con una malvada madrastra que no puede mirarse en los espejos. Todas las historias de estos personajes se van a entremezclar de forma muy dinámica en cada libro. Y cuando digo de una forma dinámica a veces quiero decir vertiginosa. Una de las principales características de las novelas para adolescentes es que no se recrean en exceso en acciones lentas, y esto es algo que tampoco es ajeno a esta serie, ya que en cada capítulo la trama da siempre giros inesperados,
En cualquier caso, Crónicas Lunares no es solo una historia de ficción futurista, sino la historia de diferentes tipos de gobierno, desde monarquías a repúblicas. Es la historia de cómo las modificaciones genéticas se convierten en armas y de cómo los virus controlan a la población a través del miedo. Es la historia de la búsqueda del poder y de cómo la sociedad puede decidir o no si quiere cambiar la situación. Y, por último, no es solo una historia para adolescentes, es también una historia para quien quiere disfrutar de un cuento futurista y de cómo la sociedad en la que vivimos puede cambiar a un mundo distópico que ahora mismo solo podemos imaginar a través de los libros.
Después de todo esto, solo me queda decir: ¡Disfrutad de las Crónicas Lunares!